
La experiencia de otros países al utilizar los baños como soporte publicitario siempre ha sido satisfactoria. Evidentemente, no es posible promocionar cualquier producto o servicio en un baño, pero en general, se puede afirmar que es un buen soporte, principalmente porque aquel individuo expuesto a este tipo de soporte es en alguna medida aunque sea por algunos pocos minutos, un cliente cautivo .
En Chile podemos observar con algún grado de desconcierto, ya que esto no es nuevo y aunque se haya implementado en muchos pubs, discotecas, restaurantes, gimnasios, etc, al poco tiempo los avisadores dejan de ocuparlo, y en donde hubo alguna publicidad de este tipo sólo quedan los marcos de la publicidad dando cuenta de ello, esgrimiendo que este tipo de soporte no tiene el impacto esperado dentro del público objetivo, aunque los hombres chilenos parecieran ser mas proclives a este tipo de soporte publicitario que las mujeres o que de alguna manera puede desperfilar el posicionamiento de marca. La pregunta no se hace esperar ¿Qué pasa con nosotros los chilenos entonces? . La primera respuesta instantánea es... la cultura, en otras palabras, que nuestra cultura un tanto pacata a nuevas formas de expresión en general , considera de mal gusto, y casi como una invasión a la privacidad el hecho de tener algún aviso al frente, cuando nos encontramos en nuestros menesteres más íntimos.
Es probable que algo de ello sea cierto, que a pesar de la transferencia tecnológica existente y los grandes cambios en la comunicación en lo a que su difusión instantánea se refiere, sigamos siendo una isla. Sin embargo, observando otras experiencias, yo creo que la respuesta no está radicada sólo en este concepto, (cultura) sino que en gran medida a la poca creatividad mostrada en el país para aprovechar este soporte. ¿No lo cree? observe la experiencia reflejada foto del lado izquierdo.
En Chile podemos observar con algún grado de desconcierto, ya que esto no es nuevo y aunque se haya implementado en muchos pubs, discotecas, restaurantes, gimnasios, etc, al poco tiempo los avisadores dejan de ocuparlo, y en donde hubo alguna publicidad de este tipo sólo quedan los marcos de la publicidad dando cuenta de ello, esgrimiendo que este tipo de soporte no tiene el impacto esperado dentro del público objetivo, aunque los hombres chilenos parecieran ser mas proclives a este tipo de soporte publicitario que las mujeres o que de alguna manera puede desperfilar el posicionamiento de marca. La pregunta no se hace esperar ¿Qué pasa con nosotros los chilenos entonces? . La primera respuesta instantánea es... la cultura, en otras palabras, que nuestra cultura un tanto pacata a nuevas formas de expresión en general , considera de mal gusto, y casi como una invasión a la privacidad el hecho de tener algún aviso al frente, cuando nos encontramos en nuestros menesteres más íntimos.
Es probable que algo de ello sea cierto, que a pesar de la transferencia tecnológica existente y los grandes cambios en la comunicación en lo a que su difusión instantánea se refiere, sigamos siendo una isla. Sin embargo, observando otras experiencias, yo creo que la respuesta no está radicada sólo en este concepto, (cultura) sino que en gran medida a la poca creatividad mostrada en el país para aprovechar este soporte. ¿No lo cree? observe la experiencia reflejada foto del lado izquierdo.
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