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sábado, 15 de agosto de 2009

La lluvia ayuda en una campaña de Marketing Social



A propósito de la incesante lluvia que hemos tenido este fin de semana acá en Santiago, me he recordado de una campaña de Marketing Social,que se llevó a cabo en Nueva Zelanda en abril de este año. Las fuertes lluvias otoñales en el hemisferio sur han ocasionado muchas víctimas en accidentes de tránsito cada año en el condado de Pakapura, en la isla oceánica. Colenso BBDO Auckland decidió lanzar una campaña de marketing social destinada a prevenir unas muertes que las estadísticas achacaban a la falta de cuidado al conducir bajo la lluvia.

Bajo el sol, el panel muestra a un niño sonriente sobre un eslógan que recomienda conducir con cuidado. Al contacto con el agua de la lluvia, el rostro del niño comienza a sangrar. Es un trabajo impactante, atrevido, creativo y que ha resultado ser tremendamente eficaz. No ha habido mas accidentes a causa de la lluvia.

Aunque la cara ensangrentada del niño pueda distraer inicialmente, el anuncio recurre a la fuerte relación entre memoria y emoción. El impacto de ver la sangre por la cara del niño queda inmediatamente asociado al contexto lluvioso en carretera, asociación que el eslógan termina de reforzar. La imagen acompaña al conductor un buen trecho, dando tiempo a que el mensaje sea también procesado racionalmente, al ser un elemento novedoso que demanda al individuo una explicación, y le despertará dudas sobre si la campaña es adecuada o no. (cuanto mayor sea el procesamiento, mayor será la retención).

Si al efecto psicológico inmediato le añadimos la potencia viral del letrero caminero, el efecto bien puede durar perfetamente toda la temporada de lluvias y convertirse en una potente herramienta a favor de la seguridad al volante, que a lo mejor podríamos usar como idea base.

Fuente etc

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